La transición hacia vehículos eléctricos en el segmento de camiones medianos está cobrando impulso, impulsada por la necesidad de cumplir objetivos medioambientales, optimizar costes operativos y adaptarse a normativas más estrictas.
Este segmento, que incluye vehículos entre 6 y 16 toneladas, es clave en la distribución urbana y de media distancia, donde la electrificación tiene un impacto significativo.
1. Aumento de matriculaciones y preferencia en distribución
Los camiones eléctricos medianos están ganando popularidad en aplicaciones urbanas y periurbanas gracias a su versatilidad y autonomía adecuada para rutas cortas. En España, las matriculaciones de vehículos de este tipo han crecido un 29,6% en 2024 respecto 2023, destacando su adopción en sectores como la logística y la distribución de alimentos
2. Autonomía adaptada a las necesidades operativas
Con autonomías promedio de 200 a 300 km por carga, los camiones medianos eléctricos cumplen con los requisitos de rutas diarias en áreas urbanas y periurbanas. Esto los hace ideales para actividades como el reparto de última milla, especialmente en zonas con restricciones a vehículos de combustión interna
3. Costes operativos y competitividad
Aunque los costes iniciales de adquisición siguen siendo un desafío, los camiones medianos eléctricos destacan por su bajo coste de operación. Se estima un ahorro mensual promedio de 600 € en combustible en comparación con sus homólogos diésel. Este beneficio económico se suma a la reducción en mantenimiento gracias a su menor número de piezas móviles
5. Normativas urbanas y el papel de los camiones medianos
La normativa europea GSR II y las zonas de bajas emisiones (ZBE) están acelerando la adopción de camiones medianos eléctricos. Su capacidad para operar sin restricciones en estas áreas los posiciona como una solución indispensable para empresas de transporte y logística que buscan mantenerse competitivas mientras cumplen con los requisitos legales
Conclusión
El segmento de camiones medianos eléctricos es una pieza clave en la transformación hacia un transporte más sostenible. Su implementación creciente está marcando un cambio significativo en la distribución urbana y de media distancia, demostrando que es posible reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia operativa al mismo tiempo.